martes, 29 de septiembre de 2020

EL CUENTO DE LA CRIADA

 

No he visto la serie, pero el libro me ha enganchado desde el primer momento. Pero no sólo me ha enganchado, sino que, además, me ha llevado a asignar paralelismos con la situación actual.

No quiere decir esto que estemos actualmente viviendo lo que se muestra en la novela, pero sí refleja una sociedad fácilmente manipulable; tanto que, aún sin darnos cuenta, podríamos caer en aquello contra lo que luchamos y so seríamos conscientes de ello.

La novela muestra una sociedad similar a la actual, con sus problemas y ventajas, sus desdichas y felicidades, donde se han ido alcanzando derechos y libertades fundamentales y en la que nos sentimos seguros.

Sin embargo, poquito a poco, se producen cambios importantes en la cotidianeidad de los individuos, de las familias, de la sociedad. Cambios que se aceptan porque son provisionales, pero se convierten en definitivos. Cambios que afectan a la vida, libertades y derechos alcanzados. Pero son provisionales y por el bien común.

A través de un recorrido por lo que fue y por lo que es, va mostrando esos cambios y sus consecuencias. 

Una novela impactante que nos hace reflexionar sobre el poder del "PODER" y sobre la fragilidad de nuestra seguridad, pero también sobre la capacidad de adaptación del ser humano, incluso en las situaciones más improbables y desfavorecedoras.

Y es que, aún queriendo mejorar, todo puede empeorar.

Nolite te bastardes carborundorum (No dejes que los bastardos te hagan polvo)


viernes, 21 de junio de 2013

ENVIDIA: ESA BESTIA FUNESTA

ENVIDIA: ESA BESTIA FUNESTA

Me pregunto si alguna vez habréis conocido a esa persona envidiosa que, tristemente para ella, envidia hasta tu enfermedad. Seguro que sí. Siempre hay alguien más o menos próximo que, gratuita y perversamente se alimenta del odio, del rencor que siembra ... y de la envidia que, evidentemente, no manifiesta tan expresamente.

Estas pobres personas andan por la vida alimentándose de aquello que roban a los demás: si eres alta, ellas piensan que resultas demasiado desgarbada y sin clase; si eres baja, su altura es la idónea, pero no la tuya. Si estás enfermo, seguro que tu enfermedad no es tan imporante como la suya. Si tienes alguien a tu lado que te ame, seguro que no te quiere tanto como la quieren a ella.

Por supuesto, si triunfas, es que eres un trepa y te aprovechas de los demás y, también por supuesto, ella se merece el triunfo mucho, muchísimo más que tú.

Si, por el contrario, tu triunfo se acaba, entonces será porque te lo mereces, por trepa y egoista; y además no nos olvidemos nunca de que tu triunfo caído ahora deberían ofrecérselo a ella. Porque nunca debieron dártelo. Le correspondía a ella. Así que, es de justicia ¿no?.

Desde luego, hemos de admitir que esas personas envidiosas, dado que nunca ven el auténtico reflejo en el espejo, suelen sentirse las mejores, las más perfectas, a las que todo el mundo admira, las que nunca se equivocan ... normal, sus errores siempre son atribuibles a otros que tienen, también, más o menos cerca.

El envidioso, salvador del mundo, de su mundo, de su egoismo, de su ceguera, no deja de ser un pobre inútil que sólo se siente válido cuando destruye aquello en lo que ni el mismo cree. El envidioso, de tanto envidiar, enferma. Y no precisamente de la enfermedad que envidia, porque es incapaz de imitar a aquellos a quienes envidia.

El envidioso, que tanto esfuerzo dedica a destruir a aquello/s que envidia, no invierte un ápice de su fuerza en modificar su conducta, en cambiar, en mejorar, en parecerse a lo que envidia. Lleva en la cara el verdor de su enfermedad, una culebra retorcida que lo aniquilará poco a poco, haciendo resurgir a los muertos que va dejando.

El envidioso, gracias a su enfermedad, hará de sus muertos mártires y él, que se siente mártir, será desterrado para siempre de las memorias individuales y colectivas porque no merece ser recordado.

Por ello, realmente, la envidia, el envidioso, no merece ni un ápice de nuestro tiempo y nuestros pensamientos, por eso, y porque estoy convencida de que también vosotros habéis tenido la desgracia de conocer a alguien así, quiero cerrar este blog de hoy con dos frases de dos personas muy dispares.

La primera, de mi abuela; ella, en su afán de hacer de nosotras personas responsables, siempre nos enseñó que la ignorancia es atrevida y, por tanto, aprendimos a ser pruedentes y a valorar en los demás lo que a nosotras nos faltaba.

La segunda, de Chumy Chúmez; porque él, en cierta ocasión dijo que "Si hubiera un solo hombre inmortal sería asesinado por los envidiosos".

Nada más ... y nada menos. ¡Ahí es nada!

EDUCANDO EN LA TOLERANCIA

EDUCANDO EN LA TOLERANCIA


Hoy, sin ir más lejos, estaba yo en una tienda esperando en la cola de la caja para abonar mi compra. En la caja, un hombre joven con una niña de unos 10-13 años en una silla de ruedas y con algún problema de psicomotricidad. Detrás de ellos, e inmediatamente delante de mí, había tres, jóvenes también, gitanillas; pero no tan jóvenes como para no saber qué se hacían, ya que la más joven no bajaba de los 13 y la mayor ya estaba, como dirían ellas, casadera.

El padre, si es que lo era, estaba a lo suyo y, muy digno, se ocupó de pagar y guardar su compra. Mientras tanto, una de las jóvenes que yo tenía delante, se dedicaba a inclinarse sobre la niña en silla de ruedas, mirarla y reírse. Las otras dos acompañantes, riéndose, le decían "niña, eso no se hace", pero ahí es todo.

La cara de póker y te rabia que debí poner, junto a la mirada de incomprensión -por la actitud del trío, evidentemente- de la cajera, fue significativa.

La falta de respeto que algunos colectivos muestran hacia aquellos que no son de su ¿raza? me parece pasmosa. A veces, ante actitudes como esta me pregunto ¿qué hemos hecho mal? ¿no hemos procurado educar en la tolerancia? ¿no hablamos de colectivos desfavorecidos que hay que mimar?

Quizás ahí está la cuestión, hemos mimado a colectivos desfavorecidos, les hemos regalado lo que a otros no les sobraba porque pensábamos que estábamos haciendo algo positivo. Papá estado les ha dado, no sé si lo que era suyo, pero sí lo que ha negado a otros. Y ellos han respondido con la gratitud del que nada le ha costado lo que ha recibido.

Quizás debíamos haber aplicado otra política bien distinta, basada en la independencia; quizás debíamos haber aplicado el proverbio chino "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enseñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida". Quizás, sólo quizás, si no hubiéramos sido tan complacientes pero sí más didácticos y más exigentes, hoy yo no hubiera visto a una niña de 13 años reírse de otra niña de 13 años mucho, muchísimo más, desamparada que ella y, quizás también, las personas adultas que allí estábamos, hubiéramos tenido la valentía de decir algo que, así, por ser quienes eran, nos callamos.

"No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de si mismo."
Galileo Galilei

EL CAMINO ... DE LA ESQUIZOFRENIA

EL CAMINO ... DE LA ESQUIZOFRENIA

Verde, porque es el color de la esperanza. Es el color que se merece lo que hoy comparto con vosotros.

Ayer, tuve el privilegio de ver una película en mi hospital, pero una película muy especial: en el reparto, psquiatras, terapeutas y pacientes de Santa Isabel. Detrás de la cámara desconozco quien estaba, pero seguro que era alguien "con corazón".

Para los que seguís este blog sin ser, vivir o conocer León, sólo deciros que Santa Isabel es el Hospital Psiquiátrico de nuestra ciudad y que pertenece al Complejo Hospitalario de León.

Bien, dicho esto, deciros que fue un privilegio porque la película fue, en sí misma, toda una lección de vida y de esperanza. Personas tan próximas muchas veces y tan desconocidas; enfermedad tan desconocida que ni la mencionamos.

Y es que los actores emprenden una marcha, en equipo, para hacer el Camino de Santiago. A lo largo del Camino se van desgranando otros caminos particulares, muy distintos, los caminos de la vida de cada uno de ellos, los caminos de la enfermedad, de su esquizofrenia, pero también los caminos en la vida de todos nosotros. Porque ellos, en una lección que deberíamos aprender, abren el libro de su vida para permitirnos leer en él y nos invitan a participar, a entender, a comprender, a acercarnos sin miedo a sus miedos y a su enfermedad. Todo un gesto de valentía que muchos de nosotros, por muchísimo menos, no estaríamos dispuestos a acometer.

Sorprende escucharlos. Sorprende su mundo, que no deja de ser el nuestro. Sorprende su crítica constructiva.

Impresionan algunos hechos, algunas lecturas. Desde luego, tocan el corazón.

Aplaudo el gesto de psiquiatras y terapeutas que han dado un paso de gigante en la relación, porque han sido capaces de colgar la bata y convivir con sus pacientes sin barreras, sin distancias, humanizando la relación profesional de una manera bien distinta de la habitual.

Hoy, que es el día mundial del SIDA, yo quiero dejar en mi blog esta pequeña referencia a esta tremenda enfermedad, porque estos pacientes también se merecen la desestigmatización por la sociedad.

MI RAMO LEONÉS

MI RAMO LEONÉS

Os presento mi Árbol Leonés de Navidad. Hecho con mis propias manos, como debe ser.

Acudí a un taller de ramo leonés. Me lo pasé estupendamente y, además, aprendí a hacer algo que, año a año, miraba con cierta envidia en los escaparates.

La verdad es que disfruté de todo: de la historia del ramo, de la indecisión de qué colores, qué cintas, que adornos ... utilizar. La dificultad de elegir qué deseo colocar para el 2012. Y es que el ramo leonés, con sus cintas bordadas, sus roscas, sus castañas, sus colores y sus lazos tiene también algo que no se ve: recoge nuestros deseos.

Todo buen ramo que se precie ha de tener el rojo y el verde como colores dominantes; la naturaleza y los frutos de la vida en invierno. La tradición, de origen prerromano, señala que junto a estos frutos debemos colocar la cinta que acoge nuestros deseos: una por cada miembro de la familia. Como podéis ver, mi ramo aún carece de cintas, pero es que creo que esto de los deseos, por si acaso se cumplen, es una cuestión importante que merece cierta meditación. Ya sabéis el dicho: Ten cuidado con lo que pides, no sea que se te conceda. Así que, a pensar.

Bien, para los que seáis profanos en la materia, deciros que este ramo es típico de León y de otras provincias, llegando hasta Huelva. A mí me recuerda un poco a los deseos que quemamos en la hoguera de San Juan. Tradiciones milenarias que nos hacen volver a tiempos de meigas y cruceiros, donde los dioses son aquellos que generan vida en la naturaleza; nuestras propias vidas, sin ir más lejos.

El ramo se remata con 12 velas, una por cada mes del nuevo año. Las velas deben ser encendidas todos los días a partir del día de Nochebuena; de esta manera, dotamos de luz viva a un elemento muerto de la naturaleza y hacemos posible que nuestros deseos se cumplan.

No se vosotros, pero yo soy una apasionada de poner velas en casa. Mejor no os cuento la cantidad de portavelas que tengo. Me encanta sentarme con un café, un libro y una velita encendida. Si, además, añades un poco de aceite relajante en el calientavelas, para mí ya es el súmmum. Hay más cosas, por supuesto, pero esta es una de mis acciones favoritas para relajarme.

Bueno, que desvarío un poco. A lo que íbamos. Que el Ramo Leonés es un elemento mágico para pedir deseos posibles e imposibles, rodearnos de energía positiva, hacer que todos y cada uno de los miembros de nuestra familia participen de su decoración y generar la ilusión de que algunas cosas se cumplan gracias a ese efecto rebote que, según los entendidos, se produce en las fuerzas vivas de la naturaleza.

¿Porqué no intentarlo si, además, queda precioso?

Cuando tenga mi cinta y haya colocado mis velas, compartiré con vosotros ... la cinta, porque los deseos, sintiéndo mucho no satisfacer vuestra curiosidad, seguirán siendo sólo y exclusivamente míos.

jueves, 20 de junio de 2013

EL REENCUENTRO


San Miguel de Escalada. León (Spain)

Quiero compartir con vosotros un fragmento que escribí hace unos años para un taller de litografías. El libro, al que titulamos "La Ruta de las Estrellas", intentaba reflejar, mediante la palabra y el dibujo, sensaciones del Camino de Santiago. Creo que una imagen de San Miguel de Escalada es perfecta para este texto, aunque esté acompañada de mi humilde obra litográfica.

Disfruté mucho haciendolo y escribiéndolo, por eso espero que os guste:

El reencuentro


Litografía. Autor: Soledad Parrado Cuesta Serie 6/8
Hoy inicio el Camino con el corazón destrozado y el alma herida. Yo, Miles christianus de la disuelta Orden del Temple, necesito reencontrarme con Sant Yago para que su fe me inunde y fortalezca y así, de nuevo, renazca de las cenizos en que estos aciagos días la han sumido. Hoy con la Cristiandad dividida, ni siquiera la reciente muerte de Clemento VII ha contribuido a solucionar la crisis de fe y yo, que hice voto de pobreza, castidad y obediencia, siento la necesidad de iniciar el Camino como un simple peregrino. No llevaré en la faltriquera moneda ni riqueza alguna que revele mi noble linaje. No viviré de mis bienes, sino sólo de la caridad que los lugareños quieran darme, de la hospitalidad que me ofrezcan las órdenes que me acojan y de compartir el pan duro con otros caminantes.

Espero que el Camino me guie tal como ha hecho con tantos y tantos otros antes que yo. En él seguiré la luz y espero que la luz venga a mí para reforzar la fe de mi corazón. No es posible pensar que este mundo esté tan loco que la fe no nos salvará. Yo te ofrezco mi esfuerzo. Tú, Gott Sanctiagu, sólo ayuda a este mundo a reencontrar su camino, porque lo ha perdido. Sé que te pido mucho a cambio de tan poco. Mas hoy, aquí, mientras lleno mi calabaza con agua fresca, tengo la certeza de que si llego al final del Camino habré cumplido la más importante misión de mi vida. Después, ya no me importará morir porque mi camino quedará marcado en las estrellas y habrá confluido con el tuyo.

Sólo al final del Camino, con los pies cansados y el alma blanca, siento que he llegado a aquél punto extremo del orbe que habitamos. En esta finis terrae donde cielo y tierra se unen encuentro la paz cuando, por fin, mis ojos pueden ver las agujas de la iglesia que, elevándose al cielo, acogen el cuerpo del Apóstol.

Es aquí, en el Monte del Gozo, donde sabes que nada ha sido inútil, que todo esfuerzo, por nimio que sea, merece la pena. Es aquí donde no sientes tus pies, ni tu cuerpo, ni tu estómago, ni tus llagas ... sólo sientes tu corazón que te habla porque, al fin, se ha reencontrado contigo.

Te detienes, caes de rodillas y comprendes. Miras el templo y el cielo, y asientes. Lloras quedamente y, por fin, en silencio, gritas la voz que otros antes que tú, en el mismo sitio, han gritado: ¡ULTREIA!. Y ahora sabes que también esa voz tiene sentido en tu vida.

Este Camino de Estrellas ha sido, al fin y a la postre, de una dulzura infinita porque en él he conectado con otras almas blancas, puras, que vienen a demostrar que no todo está perdido porque, en lo más profundo de sus corazones, sigue existiendo la FE.

Soledad Parrado Cuesta
Soledalia

miércoles, 19 de junio de 2013

PROHIBIDO PENSAR

Siéntate ante el televisor. Enciéndelo. Selecciona uno de los miles programas basura que diariamente ponen, de forma altruista, a nuestra disposición.

Permite que tu retina se inunde de problemas personales, de infidelidades, de delitos, de decepciones, de desilusiones, de traiciones ... de inmundicia. Permite que tu alma se vaya anulando con el progresivo avance de lo banal, del desafecto, del aislamiento ... Abre la puerta de tu vida y deja que pase el sinsentido.

Sólo así, con la deshumanización, la humillación diaria, el cotilleo por puro placer sobre personas que ni conocemos, ni nos importan, ni afectan a nuestras vidas, lograras desconectar de tus verdaderos problemas. Sólo así, pasarás a formar parte de una masa de seres que no piensa, deja que piensen por ellos. Sólo así, lograrás la felicidad del ignorante; no por falta de cultura, de vida o de experiencia.

Sólo así, hoy te harán ver blanco lo que es negro, pero tranquilo, porque quizás mañana verás verde lo que ayer viste blanco aunque era negro. No pasa nada ... O sí. Tú decides.


Fotografía: Cuatro Valles - León - Soledad Parrado